Cuando
comienzas un nuevo camino o descubres nuevos senderos, tu vida experimenta una
serie de cambios (mejores o peores).
Definitivamente
lo que más ha cambiado mi vida es bailar.
Bailo salsa, bachata, kizomba, tuve mi época de contemporáneo y de rítmica…
Bueno, empecé muy niña a experimentar el placer de bailar, el placer de la danza. Tuve un parón desde los 14 hasta los 16
años, y a ésta edad encontré el estilo que me mueve cada día. Adoro el baile
latino, al igual que muchos otros, pero me dedico principalmente a la salsa, la
bachata y la kizomba.
¿Cómo
cambió mi vida?
Dio la vuelta a mi vida. No creo que realmente pueda llegar
a transmitir esto con palabras. Es mi forma de vivir, vivo bailando a todas
horas, es parte de mi felicidad, me encanta, adoro la danza. Ha creado un
sentimiento brutal dentro de mí, se para el tiempo cuando bailo. Me relajo, me
tenso, acelero y doy un frenazo. Te dominan los instrumentos y te dejas llevar.
El baile me ha aportado muchas cosas, (sociabilidad, confianza, sensualidad,
movilidad…) pero sobre todo domino mi
cuerpo, hablo con él, disfruto la música como si fuese la última vez que va a
sonar y así con cada baile, cada canción, cada instrumento, cada tiempo, cada
pausa…
Danza, es
un placer haberte conocido y poder disfrutar contigo cada día de mi vida.
Gracias por existir.
Ahora, os
voy a dejar textos de personas que como yo bailan, y tienen su propia opinión
sobre cómo el baile ha cambiado su vida:
“El baile ha cambiado mi vida en
muchos aspectos. He ganado confianza,
autoestima, valor… Me ha convertido en una persona más sociable, me ha hecho disfrutar más de la vida, aprovechar
más el tiempo. Me ha ayudado a sentirme más mujer. Es algo que no puedo
definir, porque me ha convertido en una persona nueva, o mejor dicho, me ha
hecho sacar la persona que llevaba dentro y que gritaba y luchaba por salir,
diciendo: ¡Eh! Aquí estoy yo.
En conclusión, ha mejorado mi vida,
mi actitud y mi forma de entender el mundo. Y sin duda es algo que no dejaría
de hacer jamás.”
Raquel
“La danza… ¿Qué si cambia la vida? Cuando
creces y te desarrollas como ser humano dentro de ella es casi como la esencia
del ser mismo. Te lleva a límites insospechados. La sufres, te duele, la
lloras, la piensas, la echas de menos, le odias 5 segundo y le amas 5 años, le vuelves a odiar otros 5
segundos y le amas otros 20 años; Dices que no puedes vivir sin ella y también dices que puedes hacerlo,
después de decir que “puedes hacerlo” “sigues bailando” (ironía), es tu
compañera, tu amiga, tu hermana, tu madre, tu hij@, y nunca dejas de pensar en
ella… En fin…
¿Qué si cambia la vida? Creo que se apodera de tu vida.”
Jhon. 36
años de vida, 27 dedicados a la danza.
“Bailar… Expresar esas emociones,
esos sentimientos, traducir esa música en movimiento corporal… Bailar te
conecta con tu yo más sincero, te ayuda a sacarlo y eso es algo que hoy en día
es complicado de plasmar en palabras.
Me ha ayudado a conocerme mejor descubriendo partes de mi que ni yo era consciente
que sentían, a expresar con claridad muchas de mis emociones mejorando, por
tanto, mi inteligencia emocional. De cara a las relaciones humanas o
interpersonales me ha ayudado a conectar con la gente de manera que he podido
forjar lazos de amistad que en otras circunstancias serían tareas de mayor
complejidad. Pero no todo se centra al interior, también ha ayudado a mi
físico, porque el bailar y el sentirte libre físicamente es vida, mejorando por tanto mi salud y mi condición deportiva.”
Aaron.
“Todos vamos buscando la libertad y la felicidad, quizá ese sea nuestro objetivo en la vida, pues desde
que el baile entró en mi vida puedo decir que he encontrado gran parte de esa
libertad y felicidad. Dejar al cuerpo moverse al son de la música, dejar la
cabeza libre llenándose de ritmos, compases.
Bien, cada uno busca su forma de
libertad, pues yo he de decir que he dado un paso para encontrarla, en eso
podría decir que mi vida ha cambiado desde que dejé el cuerpo libre.
¡Nos vemos
pronto!